Como he agradecido la existencia de C. S. Lewis o Tolkien, quienes en un ambiente lleno de odio pudieron crear vida, reflexión y belleza fantástica, por una simple razón... Decidieron creer en su arte, y en el poder de éste, y cambiaron (en gran manera) la forma en que vemos las cosas hoy. No solo cambiaron la historia en cuanto a la narrativa fantástica, si no que nos llevan a los lectores a una contemplación mágica de aspectos muy simples de la vida, y los resuelven de una manera extraordinaria. Ni siquiera la segunda guerra mundial pudo apagar el poderoso impacto de las obras de estos impresionantes escritores, artistas. 

El arte es poderoso. Es la contemplación fantástica de lo bello, lo sacro, lo malvado y lo imperfecto. Lo puro, lo vulgar y lo pacífico. Lo violento, y lo salvífico. Para mí, el arte, es vida. Mi sueño, es regalar esa experiencia viva, para neutralizar la oscuridad del día a día.